10 consejos de Compasión para personas que afrontan una enfermedad avanzada y sus cuidadores durante la cuarentena.
La cuarentena nos ofrece una oportunidad para poner en práctica aquellas acciones que nos hacen sentir bien y que, en muchas ocasiones, posponemos por falta de tiempo Reserve un tiempo determinado cada día para el autocuidado y haga de esta acción, su momento sagrado e irrenunciable.
Comparta con sus seres más cercanos, cómo está viviendo la situación actual si está pasando por un momento difícil no se lo guarde por no querer molestar o causar preocupaciones. Todos necesitamos hablar y expresarnos Quizá la otra persona también está esperando una oportunidad para abrirse y compartir.
Así como las alegrías son mayores cuando se comparten, las preocupaciones se vuelven más ligeras cuando las compartimos. Tener el apoyo de otras personas hace que sanen nuestras heridas y se transformen nuestras inquietudes. Juntos cambiamos nuestra realidad, es importante también respetar cuando no queremos hablar, aprendamos también a compartir los silencios El silencio compartido encierra todo un mundo que nos conecta con los demás.
Vive cada momento estando presente y consciente, no te enganches en pensamientos preocupantes y/o catastróficos, la mente suele llevarnos a momentos pasados o a momentos futuros y suele tener serias dificultades para concentrarse en el presente. De nada sirve anticiparse al futuro cuando ninguno sabemos qué va a pasar, pensar demasiado en el pasado o en el futuro puede causar depresión y/o ansiedad. La verdadera realidad está aquí y ahora.
Como tú, muchas otras personas en el mundo están aisladas, o incluso están pasando por una enfermedad avanzada, o están cuidando a un familiar que padece alguna enfermedad. Hay muchas personas en el mundo que tienen muchos menos medios para pasar este aislamiento.
Muchas personas afrontan situaciones difíciles y, al igual que tu, todo ser humano desea ser feliz. Tener consciencia global de que esta verdad nos une con el resto de la humanidad, ayuda a disminuir el sufrimiento individual.
En ocasiones podemos ser expertos en maltratarnos a nosotros mismos. Ahora no es el momento de ser autoexigentes. Trátate con amabilidad, cariño y compasión. Aprende a perdonarte cuando cometas algún error. La culpa no ayuda a mejorar.
Reconoce tus sentimientos y emociones, valídalas. Es normal sentir miedo, amor, alegría, tristeza, esperanza, desesperación, frustración…. Todos los sentimientos, emociones y pensamientos son válidos y humanos, todos nos enseñan un camino, todos nos dan información de cómo estamos. Aceptemos nuestro miedo y limitaciones. Cuando las aceptamos, somos capaces de conectar con lo que somos, con quienes somos.
Es muy fácil centrarse en los problemas cuando pasamos por situaciones difíciles. De manera general la mente tiende a centrar se más en las dificultades que en los logros. Pero no te preocupes, podemos entrenar nuestra mente. Practicar el agradecimiento nos facilita desarrollar fácilmente una actitud positiva que impactará en nuestro día a día.
Busca momentos para nutrirte con información constructiva, ya sea leyendo libros, escuchando música, hablando con tus seres queridos, haciendo ejercicio, dibujando, realizando alguna manualidad.
Evita la sobreinformación. Estar informado sobre la actualidad permanentemente puede provocar ansiedad o preocupaciones innecesarias. Emplea tu tiempo libre en actividades que te nutran de manera favorable, busca esos tiempos libres.
Uno de los aspectos más difíciles de la situación que vivimos actualmente, es la imposibilidad que tenemos de estar físicamente en contacto con el familiar enfermo en sus últimos momentos de vida, como consecuencia de la distancia social, el aislamiento y las medidas de protección.