Haz un presupuesto detallado

Existen diferentes aplicaciones que te permiten registrar tus gastos, otra opción es anotarlos en una libreta. Lo importante es que al final de la semana revises y clasifiques tus gastos en comida, transporte, alquiler, cafecitos, y demás. A fin de mes consolida tus notas y luego a los tres meses revísalas, así sabrás a dónde va tu dinero.

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Establece metas financieras, específicas y realistas

No generalices: por ejemplo, en vez de decir “quiero ser rico”, piensa si lo que deseas es pagar la universidad de tus hijos o comprar una vivienda.

Cuida tu historial crediticio

Recuerda que un reporte negativo en tu historia crediticia te cerrará puertas. El crédito es de gran ayuda, pero también puede ser un arma de doble filo, por ello analiza para qué vas a usarlo. ¡Manéjalo con mucho cuidado!

Inicia tu ahorro

La clave de cualquier plan de ahorro no es el dinero que entra sino el que sale. Aun ganando un salario alto, si los gastos exceden los ingresos, estos nunca serán suficientes; por eso debes revisar dónde estás gastando de más y busca maneras de ahorrar sin grandes sacrificios. Es recomendable destinar el 10% de tus ingresos para tu plan de ahorro.

Comienza a construir una cartera

Una manera recomendable son los fondos de inversión colectiva, allí contarás con ayuda profesional, si no tienes el tiempo o la experticia para ir solo.

Nunca inviertas en algo que no conozcas

Nunca inviertas en sueños ajenos. Nunca inviertas en cuentos demasiado buenos para ser ciertos. Nunca inviertas en ilegalidades.

Haz seguimientos a tu plan

Debes chequear tu salud financiera, así como lo haces con tu salud física. Revisa tu plan semestralmente, incluso trimestralmente. Y recuerda que los altibajos a corto plazo no deben apresurarte a cambiar tus planes a mediano o largo plazo.

¡Felicidades!

¡Ahora solo debes poner en práctica estos consejos y podrás lograr tus metas!

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