En la lucha contra el cáncer estamos juntos

Tos con sangre

Falta de aire

Dolor en el pecho

Ronquera

Pérdida de peso sin intentarlo

Dolor de huesos

Dolor de cabeza

No fumar y si lo haces, busca ayuda para dejar de hacerlo

Revisar en tu hogar si tienes alguna exposición al radón

Aliméntate de manera saludable, incluye en tu dieta frutas y verduras

Incluye en tu rutina actividad física

Toma medidas para protegerte de la exposición a sustancias químicas tóxicas en tu trabajo

Fiebre persistente, no asociada a infecciones.

Sudoración en las noches.

Sangrado o hematomas sin causa aparente.

Pérdida de peso y apetito.

Moretones y diminutos puntos rojos en brazos y piernas.

Inflamación o dolor persistente en las articulaciones o huesos, no asociado a traumatismos.

Abultamientos anormales en el cuerpo.

Aumento del tamaño del abdomen.

Sangrado recurrente por encías, nariz o mediante la orina.

Antecedentes familiares.

Infecciones crónicas por Hepatitis B, C, VPH, CMV.

Trastornos genéticos, como el síndrome de Wiskott-Aldrich y de Beckwith-Wiedemann.

Exposición de la madre durante el embarazo a sustancias químicas o rayos X.

Conociendo los síntomas del cáncer.

Asistiendo al servicio de salud luego de identificar síntomas anormales.

Iniciando oportunamente el tratamiento.

Exámenes de apoyo:
Para identificar si el cáncer se ha esparcido a otras partes del cuerpo te pueden realizar:

Análisis de sangre, radiografías, tomografías computarizadas y resonancias magnéticas.

Examen físico
En donde te examinarán la piel en busca de signos, como:

lunares, bultos o manchas que parezcan sospechosos.

Biopsia
Si se evidencia algo extraño, te pueden extraer un pequeño pedazo de tejido para analizar en el laboratorio.

Melanomas ocultos, pigmentos, manchas o texturas que se desarrollan en partes del cuerpo que tienen poca exposición al sol, como:

el ojo, la palma de la mano, la boca, el tubo digestivo, vías urinarias o vagina.

Lunares o manchas nuevas en tu cuerpo que te generen dolor, sangrado o aquellos que tengan forma extraña.

Un bulto en la piel con superficie áspera o extraña.

Cambios en lunares o manchas, que pueden afectar el tamaño, forma, color, o textura normal.

Lesión en la piel o herida que no sana.

Usa protector solar con un factor de protección solar de al menos 30 (FPS) y recuerda aplicártelo cada 2 horas, después de nadar o sudar.

Cubre tu piel con ropa protectora, como camisas de manga larga y pantalones largos. Para proteger tu cara usa gorras o sombreros anchos.

Evita la exposición excesiva al sol
y a dispositivos generadores de luz.

Examina frecuentemente tu cuerpo, frente al espejo verifica tu piel, manchas y lunares.

Si tienes antecedentes de familiares que tuvieron cáncer de melanoma, coméntale a tu médico.

Evita el uso de cámaras bronceadoras

Problemas al orinar, incluyendo un flujo de orina lento, debilitado o sensación de querer orinar frecuentemente, especialmente de noche.

Sangre en la orina o en el semen.

Dolor en las caderas, columna, costillas, entre otras partes del cuerpo que se pueden afectar en caso de una propagación a los huesos.

Debilidad o adormecimiento de las piernas o los pies.

Pérdida del control de la vejiga o los intestinos debido a que el cáncer comprime la médula espinal.

Sigue una dieta saludable con muchas frutas y verduras, elige alimentos ricos en vitaminas y minerales para que puedas mantener niveles saludables de vitaminas en el cuerpo.

Haz ejercicio la mayoría de los días de la semana, este mejora el estado de salud en general y te ayuda a mantener el peso.
Si nunca has hecho ejercicio, comienza despacio y aumenta gradualmente el tiempo de actividad física cada día.

Mantén un peso saludable, si necesitas bajar de peso, aumenta la cantidad de ejercicio y reduce la cantidad de calorías que comes a diario, consulta con tu médico un plan de alimentación que te ayude a controlar tu peso de manera saludable.

Mantén un control de tu salud, si corres un alto riesgo de padecer cáncer de próstata, tu médico personal puede considerar un plan de seguimiento para detectar a tiempo cualquier anormalidad y ofrecer el mejor tratamiento.