En esta segunda etapa se planifica de manera conjunta con el equipo profesional, la persona mayor y, si lo autoriza, la participación de la familia, la atención que cada persona mayor va a recibir, buscando organizar los servicios que requiere para mejorar su calidad de vida, encontrando las opciones más adecuadas para cada participante según su diagnóstico, sacando a la luz las fortalezas y capacidades que tiene o puede desarrollar.